La tempestad de tu mar

La tempestad de tu mar
siempre me calma,
pues se lleva embravecida las piedras
que hay en el alma,

y se traga las playas de arena
y en su locura,
de salvaje se pinta la cara
de la amargura;

la tempestad de tu mar mientras paseo,
suena fuerte y se lleva los gritos
de mi cabeza,

la tempestad de tu mar pinta de espuma
la balada que trae al chocar con las rocas, la luna
va a vestirse de gala esta noche
a la una
yo la espero llegar mientras miro
tu tempestad…

y la calma me invade a tu lado,
una vez más.

Olor a mar

Atrapar un sueño entre las manos,
mientras el alma sonríe, satisfecha,
retar al tiempo, al presente y al pasado,
sentirte viva en la tormenta.

Pasear despacio, saboreando la arboleda
y la luz que se cuela entre las nubes,
en un diciembre cualquiera.

Respirar, tranquila,
sin ataduras de seda,
y que de igual la tarde o la mañana,
no esperar la primavera.

Y ser tú, sin complejos, sin excusas,
sin peros y sin esperas.
Aquí y ahora, contigo,
vivir, de cualquier manera,
sintiendo el olor a mar,
sintiendo el olor a tierra…
gritando, cuando tú quieras.

A la orilla del mediterráneo

Y dejar pasar el tiempo

a la orilla del mediterráneo,

entre la playa y el cielo,

a la sombra de tu mano…

Y dejar caer la tarde,

los minutos, apagados,

los segundos que, deprisa,

corretean a tu lado.

Pareciera de repente,

que las horas se han parado,

que la espuma de tus olas,

los problemas se han llevado,

un efímero momento

parece eterno a tu lado,

entre la playa y el cielo,

lentamente,

a la orilla del mediterráneo.