Aprendiendo

Estoy aprendiendo a ir despacio,
a saborear las mañanas,
he matado el reloj a destajo
y avivado de nuevo la llama,

la llama de quererme más que nunca,
de saber que me muero de ganas
por ganar a destiempo las guerras,
aún habiendo perdido batallas,

estoy aprendiendo que se puede
querer más de una vez con todo el alma,
y que cuando el corazón se multiplica
se hacen aún más grandes las miradas,

estoy aprendiendo otros caminos,
los qué pintan vuestros pasos cuando andan,
y que atada a vuestras manos yo soy libre,
estoy aprendiendo… voy andando, poco a poco, sin prisa, sin pausa

Aprendí

 

Aprendí a leer poemas, en tus ojos,
a escribir entre los minutos que me robabas
mientras me ibas llenando de vida;
aprendí a escuchar la brisa del viento
detrás del huracán de tu melena,
a bailar cuando tus manos se acercaban,
a mirarte casi sin prisa,
a cantarte sin saber la melodía…

Aprendí de ti, que la vida es una habitación desordenada,
con colores por todas partes
y que de nada vale ordenarla si esta detrás tu sonrisa,
aprendí a ponerle a los muñecos zapatos que le estaban pequeños,
a levantarme aunque esté rota,
a no llorar nunca tu lado…

Aprendí a inventar historias con tus palabras,
que las tardes pueden ser largas o cortas
y que siempre valen la pena las mañanas,
aprendí a darte la mano y sentir ese paz infinita que es tenerte,
a sentirme libre si me llamas…

Y, sobre todo, aprendí
que ese yo que está contigo se hace grande cada día en el azul de tu mirada,
y que obligarme a parar tantas veces si estoy contigo me hace ir despacio,
saboreando la vida, impregnada del olor a paz que había olvidado…
Todo eso y mucho más…aprendí.