
Sé libre mientras puedas,
mientras haya un lugar donde perderse
y un cielo azul al que agarrarse.
Sonríe, sonríe siempre,
y aunque el mar haya cambiado la arena por piedras, camina,
y míralo cara a cara, aunque esté bravo,
acércate, porque siempre hay algo hermoso si te acercas.
No sueltes la mano de quien camina contigo,
pues te levantarán cuando te caigas y guiarán tu camino.
Y vive, sólo vive,
saborea cada instante,
porque cada instante es único.