El sol de octubre ha pintado
de azul celeste tus playas,
yo me he sentado en tu orilla
esperando, a ver que pasa;
y he sabido con las olas
que libre tu me esperabas,
que querías enseñarme
el latir de tus mañanas;
había que parar, sin miedo,
descansar, una parada,
abrazarme, sonreírte,
mirarte y verte, callada,
libre, como aquel barquito
que despacio navegaba;
sin ataduras, sin miedos,
buscando volar, sin alas…