Tráete amaneceres a mi ventana,
como los que traen tus ojos
cuando la noche se apaga;
trae lluvia de abril, fresca lluvia de abril
a mis manos,
como la que traen tus dedos
a los míos entrelazados,
como la que moja mi cara
y la despierta del letargo;
trae la brisa de verano al mes de agosto,
a cada día acalorado,
brisa que apague el fuego que me quema
cuando tú estás a mi lado,
la brisa que me calma y me sosiega
traéte, de tu mano.