Enamorarme de ti, una y mil veces,
como si el tiempo no hubiese borrado las huellas
que me llevaron a mirar tras tus balcones,
a soñarte y despertar contigo,
a querer quedarme a tu lado,
enamorarme de ti,
como de aquella primera copla de carnavales,
adormecer a mi alma una tarde en tu caleta,
al compás de las olas,
al ritmo del levante,
mientras me susurran tus barquillas…
Y así, enamorarte de ti,
una y mil veces de nuevo
cada vez que te veo,
para seguir, otra vez,
queriéndote en la distancia,
recordando que, a tu lado,
hubo un tiempo, hubo una vez
que soñaba o que soñé
con sentirme siempre libre
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Sensible y ternura sin fin en tu entrada! Quien no se pondría en la piel de ese caballero; para devolver solo una pequeña de tus sentimientos, para que vuelvas a sentirte libre…Un cálido saludo.
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Gracias por tus palabras!! Aunque en esta ocasión el caballero es una ciudad, Cádiz, de la que vivo enamorada ya hace mucho tiempo…La he visitado recientemente y he vuelto a sentir esa maravillosa libertad que siempre me transmite 🙂
Saludos para ti también y gracias por leerme;)
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Bellas letras, Lidia.
Fuerte abrazo.
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Muchas gracias. Aunque es este caso el mérito es de mi hermana que se ha animado a colaborar en el blog. Un abrazo!
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Perdona, creí que el comentario estaba en otro poema jeje. En este caso los versos son míos jeje. Un saludo y perdona la equivocación (eso es que todavía no me he tomado el café jeje)
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😁
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